Los inicios del club
El Club Deportivo Orvina nace en 1973, estando compuesto en sus primeras temporadas por dos equipos masculinos que jugaban en el patio del colegio público García Galdeano. El compromiso a favor del deporte femenino quedó de manifiesto desde el comienzo de la organización, refrendando este hecho en 1977, momento en el que un grupo de chicas formó un equipo y comenzó a jugar en el patio del citado colegio contra otras chicas de la agrupación Orvina. Ésta era la única vía para poder medirse contra otras chicas, ya que por aquél entonces no existía ninguna liga organizada.
En los años posteriores aquel grupo tomó parte en la primera liga bajo el auspicio de los Juegos Deportivos de Navarra. Mientras tanto, en los pueblos de la comarca se iban creando otros equipos de Futbol Sala femenino. Tras participar durante tres temporadas en el torneo intermunicipal, fue finalmente en 1997 cuando se creó la tan anhelada primera liga senior de fútbol sala femenino.
Este hito supuso un gran espaldarazo para la vocación del club de acercar la práctica deportiva a la población femenina de la localidad. Desde su introducción en el deporte federado, el Club Deportivo Orvina desarrolló su actividad con el firme compromiso de promocionar el fútbol sala, apostando por poner en valor este deporte en edades de formación.
Salto a categorías nacionales
El extenso trabajo realizado con anterioridad a la creación de la liga federada, se vio refrendado con el salto del equipo a categorías nacionales en la primera participación. Este hito permitió al Club Deportivo Orvina consolidarse como uno de los referentes del Futbol Sala femenino en el norte de la península. Las rojillas le tomaron el aire pronto a la nueva categoría, demostrando estar capacitadas para aspirar a cotas mayores.
Rozando el ascenso a Primera
Fiel reflejo de esta circunstancia fue que, desde el año 1998 al 2008, el Club Deportivo Orvina disputó siete fases de ascenso a la máxima categoría del fútbol sala nacional. La primera de ellas tuvo lugar en el año 1998, ante el club Gáldar (Las Palmas), en partido a ida y vuelta. La juventud que atesoraba en sus filas el cuadro navarro fue un hándicap que impidió materializar el ascenso. El segundo intento llegó en el año 2000, jugándose una fase previa en casa y, posteriormente, estrellándose contra el poderoso Móstoles.
En los años sucesivos el conjunto del Orvina disputo hasta 5 fases de ascenso más, las cuales llegaban tras haber dominado su grupo en la Liga Regular.
Las Rozas, Córdoba, Zaragoza o Murcia vieron como las navarricas tocaban con sus dedos un objetivo que finalmente llegaría en la temporada 2009/2010.
Ascenso a Primera. C.D. Orvina en la élite del Futsal femenino
Valiéndose de la experiencia acumulada en las tentativas anteriores, fue en la temporada 2009/2010 cuando el Lacturale Orvina, que estrenaba denominación ese curso, logro materializar el tan anhelado ascenso a Primera División.
Tras un Play Off a doble partido contra el Rubí de Barcelona (equipo que había finalizado campeón de su grupo sin conocer la derrota), en el que las navarricas no partían como favoritas, lograron revertir los pronósticos para imponerse tanto en el partido de ida, como en el de vuelta.
Los marcadores de 5-1 en Pamplona y 3-6 en Barcelona, no reflejan la dureza de los duelos, pero todo ese esfuerzo mereció la pena, porque por primera vez un equipo navarro de Futbol Sala llegaba a la máxima categoría del Futbol Sala Femenino.
En la temporada 2010-2011 el reto era aún mayor, ya que, tras llegar a la élite el desafío de mantenerse en ella se antojaba complicado. Pese a lo errático del comienzo de temporada, aquel equipo construido con una base netamente navarra (11 jugadoras de la Comunidad Foral) jamás perdió la fe y consiguieron llegar a las últimas jornadas con posibilidades de permanencia. En un final digno de una película de suspense, con final feliz, eso sí; las rojillas lograron mantener la categoría en la última jornada, tras conseguir un agónico empate en la pista del Atlético Navalcarnero (actual C.D. Futsi Atlético Féminas). Sin duda un brillante colofón a tan larga, dura y peleada temporada.
La siguiente temporada (2011/2012) fue la de la consolidación en Primera División. El bloque continuó siendo el mismo, pero diversos fichajes lograron aportar ese salto de calidad necesario para poder competir en todas las canchas de la categoría. Tanto fue así, que el equipo finalizó en novena posición, consiguiendo estar toda la liga en la mitad alta de la tabla clasificatoria. Además de ello, el cuadro rojillo resultó elegido por la ANEFS como el equipo revelación de la liga. Un galardón nada desdeñable que actuó como acicate en la escalada de las, por aquel entonces, entrenadas por Leandro Fernández.
La temporada 2012-2013 fue la que más éxitos deportivos ha deparado en la dilatada historia del CD Orvina. Aquel Lacturale Orvina consiguió la proeza de clasificarse para la fase final de la Copa de la Reina, merito obtenido gracias a la 6ª plaza cosechada en el campeonato de liga. Las rojillas no se conformaron con participar, y se arrogaron el enorme hito de eliminar al Alcorcón en cuartos de final. De este modo, pese a caer en semifinales, dando la cara contra el poderosísimo Burela, el cuadro pamplonica elevo el nombre de Orvina al máximo nivel del Futbol Sala estatal.
Aquel hito tuvo el contrapunto negativo de que muchas de las jugadoras que participaban en aquella plantilla, tomaron un nuevo rumbo, tentadas por las ofertas que les llegaban desde clubes más poderosos. El Lacturale Orvina se vio obligado, por tanto, a remodelar profundamente su primera plantilla, aprovechando esta oportunidad para realizar una nueva apuesta por el trabajo de cantera. Fruto de esta remodelación, las dos siguientes temporadas se caracterizaron por la lucha en pos de mantener la categoría.
Al mismo tiempo, desde la dirección deportiva se continuaba trabajando para poder proveer al primer equipo de jugadoras navarras. De este modo, el Lacturale Orvina continuaba constituyéndose como un club de cantera capaz de medirse a entidades con mayor capacidad y recursos.
En las temporadas 2013-2014 y 2014-15 el conjunto navarro obtuvo el premio de la permanencia, hitos que la historia reciente ha demostrado que conllevaban un mérito mucho mayor del que parecía.
Descenso y lucha por recuperar la categoría
La temporada 2015/2016 fue la que puso fin a la racha del Lacturale Orvina, que dejo un registro de 6 temporadas consecutivas en la máxima categoría. Aquel curso, las entrenadas por Iñigo Aquerreta y Javier Palacín lucharon hasta el final de la competición, pero finalmente los 21 puntos conseguidos resultaron insuficientes para no ser uno de los 3 equipos que perdieron la categoría.
El primer equipo de la entidad pasó a competir en la 2ª División nacional, la cual distribuye en 4 subgrupos el estado, y en el que los equipos luchan por obtener una plaza en los Play Off que otorgan la posibilidad de ascender a Primera División.
En la temporada inmediatamente posterior al descenso, la 2016-2017, el Lacturale Orvina consiguió terminar la liga regular en primera posición. Este hecho les reportó a las rojillas la posibilidad de disputar la vuelta de la eliminatoria por el ascenso como locales.
El rival fue el Cadiz FSF, un potente bloque que aglutinaba varias de las mejores jugadoras de la Comunidad Andaluza y alrededores. La ida en tierras gaditanas se saldó con el resultado de 2-1; ajustado guarismo que hacía presagiar que la remontada era posible. Y ésta se dio, pero no en la medida que necesitaban las dirigidas por Iñigo Aquerreta y Javier Palacín. Tras un vibrante choque, las de Ezkaba, con un bloque compuesto en su totalidad por jugadoras navarras, remontaron un 1-3 adverso, para terminar, ganando el partido con un resultado de 4-3. Por lo tanto, únicamente el valor doble de los goles conseguidos fuera de casa privó al Orvina de regresar a Primera División.
En la temporada posterior, la 2017-2018, el club volvió a buscar con ahínco una plaza de Play Off. Sin embargo, ésta se escapó en las últimas jornadas; finalizando así el campeonato de liga en cuarta posición.
El curso siguiente estuvo plagado de cambios, tanto en la parcela técnica, como en la institucional. Josu Ganuza, José Antonio Faro y Mikel Barberena se hicieron cargo del primer equipo. La plantilla se vio mermada por varias bajas de jugadoras de peso, circunstancia que se plasmó en la marcha irregular del equipo, que no obstante consiguió salvar la categoría y ocupar puestos de mitad de tabla.
Adhesión al C.A. Osasuna. Nace el Osasuna Lacturale Orvina
Al final de la temporada 2018-2019 se gestó la colaboración, entre el C.D. Orvina y el C.A. Osasuna. Lacturale continuó siendo el gran valedor de este proyecto, constituyéndose así el Osasuna Lacturale Orvina, como primer equipo de la entidad. Jessica García y José Antonio Faro se pusieron al mando de la nave rojilla. El club tenía claro que se trataba de un año de crecimiento, en el que la prioridad era sentar las bases de un conjunto que pudiera pronto aspirar a reverdecer los hitos alcanzados por la entidad, hace no tanto tiempo. La temporada se vio truncada por la irrupción de la pandemia que afectó en 2020 a la globalidad del planeta. Las competiciones debieron detenerse a mediados de marzo; no pudiendo, por tanto, aspirar a mayor rédito que el de consolidar su estructura y trabajar pensando ya en la temporada siguiente.
El Osasuna Lacturale Orvina cambió de entrenador para afrontar la temporada 2020-2021, poniendo al frente de su primer equipo al reputado técnico Alfredo Hualde, asistido por José Antonio Faro como segundo entrenador. La temporada no sirvió para recoger los resultados deportivos deseados, y en muchas ocasiones merecidos. Tras estar luchando y a un punto de jugar la fase de ascenso, les toco competir en la fase de descenso y finalmente se perdió la categoría militando en la liga regional.
Primera regional navarra
Tras consumarse el descenso y tras el éxodo de jugadoras a otras formaciones, la temporada 2021-2022 fue una temporada de reestructuración y al final resultó positiva tanto a nivel deportivo como de organización.
Durante toda la temporada se jugó a un gran nivel que nos llevó a disputar la final por el ascenso a categoría nacional y a ganar la copa Navarra.